martes, 13 de noviembre de 2007

Dossier de prensa. El cambio climático.

EL PAÍS:
Al Gore se une a una empresa especializada en tecnología verde:
Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos y conocido activista en la lucha contra el cambio climático, se unirá a la firma de capital-riesgo Kleiner Perkins Caufield & Byers, especializada en inversiones en tecnología ecológica.
Gore, quien ha ganado este año el Nobel de la Paz y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2007, donará el cien por cien de su salario, que no ha sido revelado, a la fundación Alianza por la Protección del Clima, que él mismo preside.
Como miembro del Congreso de Estados Unidos durante 25 años, Gore popularizó el concepto "superautopista de la información" y fue un medio para proveer de fondos a lo que más tarde se convertiría en internet. En la década de 1990, sus críticos lo ridiculizaban por sugerir que merecía crédito como "padre de la internet". Desde que dejó el Gobierno, Gore ha jugado un rol activo asesorando a compañías de Silicon Valley y tiene asientos en los directorios del fabricante de computadoras Apple Inc y de la empresa de búsquedas por internet Google Inc.
Por su parte, Kleiner Perkins ha prestado apoyo financiero a conocidas empresas tecnológicas como Sun Microsystems, Compaq Computer, Amazon.com y Google y en los últimos años se ha convertido en una de las principales inversores en energías alternativas. Aunque sus principales inversiones se han centrado en empresas del californiano Silicon Valley, la compañía ha extendido recientemente sus operaciones a China. Se espera que Gore, que ya se siente en consejos de administración de grupos como Apple y Google, se convierta en un socio activo.


Lula pide a la ONU voz y voto para los países en desarrollo:
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, volvió a escuchar ayer la vieja reclamación del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en favor de una profunda reforma del organismo, que garantice voz y voto a los países en desarrollo.
“Lula reiteró que ninguna reforma estará completa si no incluye al Consejo de Seguridad” e insistió en que es preciso “ir hacia una fase de negociación sobre el asunto”, ya que de otro modo “la ONU se va a desacreditar”, informó el ministro de Relaciones Exterires, Celso Amorim.
“En el Consejo de Seguridad hay potencias militares, económicas y políticas, pero no potencias ambientales como Brasil”, declaró Lula en un almuerzo con Ban Ki-moon, según dijo a los periodistas el diputado brasileño Rodrigo Santos da Rocha Loures, presente en el encuentro.
El canciller Amorim explicó que Lula y Ban hicieron un repaso a toda la agenda internacional, aunque con énfasis en los asuntos ambientales y las maneras de contener el calentamiento global. Según Amorim, Ban dijo que “el camino hacia la cumbre ambiental de Bali pasa por Brasil”, que ha logrado reducir la deforestación, aunque continúa siendo un fuerte emisor de gases contaminantes.
El próximo diciembre se celebrará en Bali la Convención Anual de Naciones Unidas para la lucha contra el Cambio Climático, en la que la comunidad internacional debatirá el régimen de compromisos para sustituir al Protocolo de Kioto, que vencerá en 2012. La idea, según fuentes de la ONU que acompañan a Ban en su visita a Brasil, es establecer las bases para un acuerdo con “la esperanza” de que “se pueda consensuar un acuerdo” que convenza a todos los países, incluidos Estados Unidos y otros que no firmaron el Protocolo de Kioto.
En materia ambiental, Lula reiteró que, pese al reciente hallazgo de unos enormes yacimientos que dentro de cinco o seis años pueden convertir a Brasil en un exportador de petróleo, el país “ratifica su compromiso con la producción de biocombustibles”. El canciller explicó que, según Lula, los biocombustibles deberán ser adoptados incluso por las grandes potencias petroleras, a fin de reducir las emisiones de gases contaminantes.
Lula también planteó al secretario general de la ONU una antigua propuesta, en el sentido de que la comunidad internacional ofrezca algún incentivo a los países que reducen el ritmo de deforestación, como ocurre con Brasil en la Amazonia.


"Un gigante verde tranquilo":
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, destacó ayer la producción de biocombustibles de Brasil, que, dijo, es “un gigante verde tranquilo”, en el primer día de una visita de tres al país.
El diplomático viajó a la localidad de Jaboticabal, en el Estado de São Paulo, para conocer una planta de producción de etanol, alcohol combustible fabricado con azúcar de caña que Brasil está promoviendo intensamente para sustituir en parte al petróleo.
Esta visita a Brasil supone el final de la primera gira por Suramérica que realiza Ban desde que asumió el cargo el pasado enero, en la que ha puesto el acento en la lucha contra el cambio climático.
Antes que Brasil, el secretario general de la ONU visitó Argentina y Chile, desde donde tuvo la oportunidad de realizar un breve viaje a la Antártida para conocer directamente el problema del deshielo.
Además, Ban participó en la Cumbre Iberoamericana, que se celebró esta semana en Santiago de Chile y, durante su visita a Argentina, mantuvo reuniones con el presidente, Néstor Kirchner, y su esposa, la mandataria electa Cristina Fernández.
Durante la visita, Ban dijo que Brasil es un “gigante verde tranquilo”, porque ha sido “uno de los pocos” países que ha producido “con éxito” combustibles de origen vegetal, informaron fuentes de la ONU.
Polémica
El diplomático también terció en la controversia por los efectos negativos que pudieran ocasionar los biocombustibles en la producción de alimentos. “Cada país tiene que poner en la balanza los beneficios y los costos”, apuntó, a la vez que recordaba que la industria de los combustibles verdes está creando mucho empleo “en regiones pobres de Brasil”. Tras la visita a la planta de etanol, el secretario general tenía previsto viajar a Brasilia.
En la capital brasileña, Ban se reunirá hoy con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. Según fuentes diplomáticas, Ban y Lula discutirán el proyecto de reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, organismo en el que Brasil aspira a tener un puesto permanente.


EL MUNDO:
Introducción a CambioClimaticoGlobal.com :

Actualmente, existe un fuerte consenso científico que el clima global se verá alterado significativamente, en el siglo XXI, como resultado del aumento de concentraciones de gases invernadero tales como el dióxido de carbono, metano, óxidos nitrosos y clorofluorocarbonos (Houghton et al., 1990, 1992). Estos gases están atrapando una porción creciente de radiación infrarroja terrestre y se espera que harán aumentar la temperatura planetaria entre 1,5 y 4,5 °C . Como respuesta a esto, se estima que los patrones de precipitación global, también se alteren. Aunque existe un acuerdo general sobre estas conclusiones, hay una gran incertidumbre con respecto a las magnitudes y las tasas de estos cambios a escalas regionales (EEI, 1997).
Asociados a estos potenciales cambios, habrán grandes alteraciones en los ecosistemas globales. Trabajos científicos sugieren que los rangos de especies arbóreas, podrán variar significativamente como resultado del cambio climático global. Por ejemplo, estudios realizados en Canadá proyectan pérdidas de aproximadamente 170 millones de hectáreas de bosques en el sur Canadiense y ganancias de 70 millones de hectáreas en el norte de Canadá, por ello un cambio climático global como el que se sugiere, implicaría una pérdida neta de 100 millones de hectáreas de bosques (Sargent, 1988).
Aún así, hay una considerable incertidumbre con respecto a las implicaciones del cambio climático global y las respuestas de los ecosistemas, que a su vez, pueden traducirse en desequilibrios económicos (EEI, 1997). Este tema será de vital importancia en países que dependen fuertemente de recursos naturales.
Con respecto al impacto directo sobre seres humanos, se puede incluir la expansión del área de enfermedades infecciosas tropicales (Becker, 1997), inundaciones de terrenos costeros y ciudades, tormentas más intensas, las extinción de incontables especies de plantas y animales, fracasos en cultivos en áreas vulnerables, aumento de sequías, etc. (Lashof, 1997).
Estas conclusiones han llevado a una reacción gubernamental mundial, se ha expresado en numerosos estudios y conferencias, incluyendo tratados enfocados a enfrentar y en lo posible solucionar la crisis. Este trabajo analizará la problemática del Cambio Climático Global, las bases teóricas, sus posibles efectos futuros, las medidas tomadas y las medidas recomendadas para enfrentar adecuadamente el problema.

La concentración de CO2 en el aire aumenta más rápido de lo previsto:

La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera aumenta mucho más rápido de lo esperado debido al crecimiento económico y la dificultad de los bosques y océanos para absorber estos gases con efecto invernadero, según un estudio divulgado el lunes.
Los científicos basaron sus conclusiones en los datos recogidos por unos barcos mercantes equipados con sistemas que medían de forma automática los niveles de dióxido de carbono del agua.
Un barco que navegó entre las Islas Británicas y las Indias Occidentales realizó más de 90.000 mediciones en los últimos años.

La atmósfera de la Tierra se está volviendo más húmeda:
Los gases de efecto invernadero están volviendo la atmósfera de la Tierra más húmeda y pegajosa, lo que podría generar más huracanes poderosos, temperaturas más cálidas y lluvias más intensas en las regiones tropicales, informaron el miércoles investigadores británicos. Los hallazgos, publicados en la revista Nature, son algunos de los primeros en mostrar cómo los gases de efecto invernadero producidos por los humanos han afectado los niveles de humedad global en las últimas décadas, y podrían ofrecer claves sobre el futuro cambio climático, dijeron los investigadores.

ABC:

Las consecuencias del cambio climático llegan al terreno de la seguridad nacional:
Dos prestigiosos «think tanks» de Estados Unidos -el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales y el Centro para una Nueva Seguridad Americana- han invertido más de un año de trabajo intensivo para estudiar las implicaciones del cambio climático en materia de relaciones internacionales, política exterior y geoestrategia. El resultado es un inquietante estudio presentado ayer con el indicativo título de «La era de las consecuencias».
De acuerdo a las concusiones de este esfuerzo multidisciplinar, en el que han colaborado medio centenar de especialistas acreditados, el cambio climático empieza a reunir bastantes de las papeletas necesarias para convertirse en uno de los mayores retos de seguridad nacional para Estados Unidos. País que al mismo tiempo se encuentra a la cabeza de la contaminación vinculada a este fenómeno climático.
En la larga lista de problemas asociados con el cambio climático, los dos «think-tanks» de EE.UU. plantean la amenaza de masivas y forzadas migraciones, conflictos bélicos por disputas sobre el control de recursos acuíferos, retos de proliferación nuclear por la búsqueda de alternativas energéticas, brotes de enfermedades infecciosas cada vez más frecuentes y graves. Toda una acumulación de problemas que a su vez puede producir una realineación de poderes en la esfera internacional, con una posible mayor influencia de Rusia en línea con sus exportaciones de gas natural.
El estudio mantiene que, durante las dos últimas décadas, la comunidad científica ha sido más bien tímida a la hora de estimar la velocidad del cambio climático. Con insistencia en que los diferentes gobiernos e instituciones implicadas deben prepararse para significativos niveles de inestabilidad en partes críticas de nuestro planeta en cuestión de treinta años. Y afirmándo que «aunque algunos países puedan beneficiarse a corto plazo del cambio climático, no habrá ganadores»
A juicio de este análisis, aunque el cambio climático tiene todo el potencial de generar nuevos conflictos armados en el mundo, en la actualidad ya está logrando magnificar tensiones existentes. Desde el incremento de la desertificación en Darfur y la competición por agua en Oriente Medio, hasta la intensidad de los monzones en Asia y la presión creada en países como Bangladesh
El estudio se concentra en tres escenarios de incremento de temperaturas, empezando en los anticipados 1,3 grados centígrados adicionales para el 2040. Hasta llegar a las catastróficas implicaciones de un aumento de 5,6 grados en cuestión de un siglo. Subidas de temperaturas con el consiguiente aumento del nivel del mar, con incrementos que oscilan desde los 23 centímetros hasta los dos metros.
En el escenario previsto de 1,3 grados más en el plazo de treinta años, el informe atribuye las peores consecuencias para las naciones situadas en el África sub-sahariana y bajas latitudes de la Tierra. Especialmente en países pobres, cambios relativamente menores de temperatura pueden exacerbar toda una serie de consecuencias no deseables, empezando por la falta de alimentos. Como ejemplo se destaca la situación de Darfur, donde tensiones étnicas y religiosas se han visto complicadas con una progresiva desertificación dando como resultado «el primer genocidio del siglo XXI».
Si en los próximos treinta años el aumento de temperaturas es más pronunciado, hasta llegar a los 2,6 grados centígrados, habría una presión multiplicada para trasladar tierra adentro la actividad económica de muchos países, con el fin de evitar las consecuencias de un posible aumento de medio metro en los niveles marítimos. Esta problemática situación podría plantear en países como China, a pesar de su enorme extensión, una merma significativa de recursos y agua potable. Con multiplicación de conflictos internos que servirían como frenazo a los intentos en curso de liberalización y reforma política.
Calentamiento y Guerra Fría
El escenario más catastrófico, vinculado a una subida del nivel de las aguas de dos metros, «requerirá un esfuerzo extraordinario para Estados Unidos, o cualquier otro país, para mirar más allá de su salvación». Los debates actuales sobre inmigración en el gigante americano serían una broma ante la presencia de millones de ciudadanos estadounidenses desplazados por las inundaciones irreversibles en zonas costeras y la presión de millones de «ilegales» desplazados del resto del continente americano.
El informe, de más de cien páginas de extensión, considera que «el colapso y el caos asociados con futuros cambios climáticos extremos desestabilizará virtualmente todos los aspectos de la vida moderna». Llegándose a comparar el escenario más apocalíptico con el resultado de un holocausto nuclear durante la Guerra Fría.
Entre los colaboradores que han aportado a este estudio figura el ex director de la CIA, James Woolsey; el premio Nobel Thomas Schelling; el presidente de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, Ralph Cicerone; John Podesta, ex jefe de gabinete del presidente Clinton; y Leon Fuerth, ex asesor de seguridad nacional del vicepresidente Al Gore.
El pasado mes de abril, un panel de altos mandos militares jubilados también llegó a calificar el cambio climático como «una seria amenaza» a la seguridad de Estados Unidos, con agravados problemas de inestabilidad y terrorismo. En mayo, la oficina del director nacional de inteligencia en Washington confirmó que había empezado a estudiar estas implicaciones geoestratégicas del calentamiento global.


Merkel insiste en el compromiso de lucha contra el cambio climático:

La canciller alemana, Angela Merkel, reafirmó hoy su compromiso con la lucha contra el cambio climático, uno de las prioridades de la agenda su Presidencia del G-8, tras declararse "impresionada" por sus efectos en su visita a Groenlandia.
"Uno tiene que verlo por sí mismo. Placas de hielo que antes perduraban decenas de miles de años ahora desaparecen en 60 u 80. Lo que he visto me ratifica en la necesidad de seguir actuando", dijo la canciller, tras su visita al glaciar de hielo de Ilulissat.
La canciller recorrió la zona, al oeste de Groenlandia, acompañada por el primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, y el titular alemán de Medio Ambiente, Gabriel Sigmar. "Tenemos aún la oportunidad de ganar la batalla", añadió Merkel, para lo que es importante ceñirse al objetivo de reducción de las emisiones de CO2, pero también implicar a países como China e India en ese cometido.
Merkel se mostró impresionada por que el glaciar ha retrocedido 15 kilómetros en los últimos cinco años, la misma distancia que en los 150 años anteriores. "Tenemos que esforzarnos más por hacer tangibles los cambios climáticos para la gente. Creo que los próximos dos años serán decisivos para poder ganar la lucha contra estos cambios", declaró Merkel, según el canal público Radio de Groenlandia.
Se comprometió a ayudar a Dinamarca en la preparación de la conferencia climática que se celebrará en Copenhague en 2009, en la que se espera se firme un acuerdo que sustituya al protocolo de Kioto. Merkel rechazó las críticas de la oposición alemana, que ve el viaje como un ejemplo de una "política meramente simbólica", según la misma fuente.
"Nunca está de más hacerse una idea de las cosas, hay que mostrarle a la gente lo que ocurre con la naturaleza. Y si mi viaje puede contribuir a que en Alemania se informe sobre los cambios climáticos en Groenlandia, es positivo", afirmó.
Científicos y expertos consideran a Groenlandia una de las zonas del planeta más afectadas por el cambio climático y uno de los lugares donde más acelerados son sus efectos, ya que en los últimos diez años su temperatura ha aumentado más de 1,5 grados.
Merkel ha enmarcado esta visita en la agenda de la Presidencia alemana del G-8 y en el compromiso de su Gobierno por liderar la lucha contra el cambio climático.


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